martes, 21 de julio de 2020

EL LENGUAJE COMO PRÁCTICA SOCIAL


ENCRUCIJADA DE IDEAS
Inna Tylkowski.- Vološinov en contexte. Essai d’épistémologie historique, Limoges, Lambert-Lucas, 2012, 377 páginas.
Para el lector occidental este libro es mucho más que lo que la propia autora declara en sus conclusiones: su objetivo -dice Tylkovski- sería “verificar la hipótesis de que la lectura de los trabajos firmados en los años veinte por Voloshinov, considerado como investigador independiente de Bajtin y de Medvedev, permitiría comprender el pensamiento, la lógica y la terminología [de su obra]” (p. 249). Sin embargo, con su trabajo conocemos además todo un panorama de lo que fueron, en las primeras décadas del siglo XX, los estudios sobre lingüística, sociología y psicología, muchos de los cuales sencillamente ha sido ocultados o silenciados. En primer lugar, su minuciosa investigación, sus comentarios rigurosos y las numerosas traducciones que hace del ruso ponen ante nosotros todo un panorama oriental de estos estudios. Reconstruye, casi pieza a pieza, las teorías, los debates, las instituciones que se produjeron en la URSS durante los años veinte, de una notable riqueza, que comprenden aspectos más amplios y que exploran ámbitos -en algunos casos radicalmente diferentes- de los que conforman la norma académica en las sociedades capitalistas. Este contexto nos confirma en la inexistencia de genios: el trabajo intelectual es una lenta y progresiva discusión, análisis y reflexión sobre temáticas, metodologías e ideas que tienen, en algunos casos, una larga tradición, y cuyas modificaciones y resignificaciones proceden del lugar social que ocupan y de los efectos que producen los conflictos y transformaciones materiales en el conjunto de discursos científicos y filosóficos que sostienen una sociedad. La distinción occidental/oriental ya fue usada por Brecht para tratar de conmover los cimientos del teatro tratando de constituir formas nuevas de construcción teatral, nuevos procedimientos dramatúrgicos, medios de interpretación distintos a los instituidos en la tradición occidental, animado por la productividad del discurso marxista. Puede, por ello, servirnos para entender en parte las razones por las que todo este panorama diverso no aparece con el mismo tratamiento en los grandes manuales y estudios sobre estas tres disciplinas.
En segundo lugar, la obra de Tylkowski utiliza esa reconstrucción para que comprendamos el trabajo que realiza Voloshinov en relación con el lenguaje y la consciencia, al mismo tiempo que deshace uno de los argumentos que circulan en relación con los llamados “textos disputados” con el que se atribuyen sus obras a Bajtin y que se refiere a la mera interpolación de frases y sentencias de orientación marxista con la que se pretendería hacer pasar un libro cuyas ideas, supuestamente, nada tienen que ver con el marxismo. Al contrario, lo que descubre Tylkowski es que Voloshinov está tratando de construir una filosofía marxista de la comunicación, que la productividad del discurso marxista opera en cada una de sus afirmaciones y que, por tanto, no se trata de un mero camuflaje para que los ensayos aparenten ser lo que no son. De paso, esta descripción de la teoría de Voloshinov, que sirve, además, perfectamente como una introducción a la lectura de sus textos, funciona como confirmación de que no es Bajtin el autor de los libros y artículos que se le habían asignado, fundamentalmente de Freudismo (1927) y de Marxismo y la filosofía del lenguaje (1929).
Pero ¿quién es Valentin Voloshinov? Sin apenas biografía conocida, los pocos datos que tenemos de este pensador ruso, crítico con el llamado formalismo (Eichenbaum, Tinianov o Jakobson), aparecen en las primeras páginas del libro y dispersos entre los comentarios sobre lo que parece que leyó y lo que discutió en sus libros. Liquidada su obra en los años treinta, en los tiempos de la progresiva conversión autoritaria y represiva de la política soviética, reapareció forzosamente cuando se trató de presentar en occidente un pensamiento literario y filosófico nuevo, de la mano de Micahel Holquist y otros académicos: Mijail Bajtin. De la oportunidad del “descubrimiento” y del uso dado al mismo ya hay un brillante trabajo de Jean Paul Bronckart y Cristian Botha, Bajtín desenmascarado (2011), al que dedicamos un comentario en la página del este blog correspondiente al día 11/09/2013. El enmarañado asunto se saldó con la consideración de Voloshinov y de Pavel Medvedev como meros nombres bajo los cuales escribió y publicó Bajtin. Suficientemente justificada la falsedad de esto con el trabajo de Bronckart y Botha, la cuestión es tratar ahora de componer una biografía más amplia que nos permitan saber quién fue Voloshinov y si su obra tuvo alguna repercusión antes de su obligada vinculación a Bajtin. A excepción de algunos grandes investigadores, como Vigotski o Eichenbaum, la sociología, la psicología y la lingüística rusa solamente han tenido oportunidad de conocerse en aquellos casos en los que discurría por la corriente occidental dominante, todo lo demás -lo poco que se ha conocido en castellano- ha sido gracias a los volúmenes que se publicaron en Cuba en los años sesenta y setenta que, sin embargo, presentaban en muchos casos otro tipo de mutilaciones.
El libro de Tylkowski es un excelente estudio sobre la obra de Voloshinov. Ella misma ha sido la traductora de una versión francesa de Marxismo y filosofía del lenguaje (publicada 2010) a la que ha puesto una introducción. Si bien no es este el lugar para ahondar en la obra del filósofo ruso, si conviene decir que el trabajo de Tylkowski acierta totalmente al mostrar el esfuerzo de Voloshinov para explicar la psicología, la lingüística y la sociología -la situación del ser humano, en definitiva- a la luz del materialismo histórico-dialéctico con el que se trataba de comprender el mundo, siendo que tal denominación se aparta completamente del modelo mecánico y formalista en que se fue solidificando durante el cambio que sufrió la URSS desde finales de los años veinte. Es evidente que el material intelectual que elabora este libro será sin duda valioso para las nuevas tendencias críticas que quieran abordar los problemas de la subjetividad, la conciencia, la ideología o la enunciación fuera del marco occidental. (CVH)

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